Slideshow image

Key #6 -The Key of Holiness

Psalm 84:11: For the Lord God is a sun and shield; The Lord will give grace and glory; No good thing will He withhold from those who walk uprightly.

Holiness is often confused with being perfect, yet this is not the truth. Holiness is not perfectionism; it is an alignment with God's nature, who is Holy (1 Peter 1:16). To live a holy life is simply to live a life that is separate from this world. It doesn't mean you live in a bubble and don't talk to those living in sin for fear they may contaminate you. It means to live a life with a higher calling and purpose. To walk in holiness is to walk uprightly. This means you live your life with integrity. This is easier said than done, because we are roommates with sin. No, I'm not talking about your spouse or your family, I'm talking about our sinful nature that lives with us. We must understand that just because we got baptized, it doesn't mean we are now immune to sin (1 Peter 3:21). There is still a battle that rages daily in our hearts, that is why Jesus gives us the qualifications to a disciple – "…If anyone desires to come after Me, let him deny himself, and take up his cross daily, and follow Me" (Luke 9:23). This is a choice; it must be done daily. To live a holy life is to live in constant pursuit of pleasing God. Therefore, we renounce any and everything that could jeopardize our relationship with God. Let me be clear, we don't live a holy life to be saved, we live a holy life because we are saved.

Sin dulls our spiritual sensitivity and closes the doors of fellowship with God. Ask Adam and Eve, who enjoyed all that God had to offer, until disobedience and sin appeared, that door was closed. Yet, we discover that holiness sharpens our discernment and draws divine favor from above. It brings us back into alignment with God. 

When Joseph fled from temptation, it seemed like a door closed, but God opened a greater one through his obedience. Holiness prepares you for opportunities without corruption. No strings attached. It allows you to live your life without having to look over your shoulder all the time. It makes for a very comfortable pillow at night. It helps us maintain a good conscience towards God, which some rejected and shipwrecked in the faith (1 Timothy 1:19).

Let me end this devotional saying that God withholds no good thing because holiness proves you can steward what He gives. He opens divine doors of favor and blessing when you walk in integrity because holiness aligns you with His divine nature. God honors pure hearts, those whose motives are sincere. When your character remains faithful to God even when no one is watching, heaven is taking note. Use holiness as a key to unlock opportunities others dream about.

The promise of the Psalmist in our key text, "God is a sun and shield, who gives grace and glory," is for those who walk in holiness and don't follow the world; it's for those who are in the world but not of it. I don't have time to talk about how holiness opens the door to His presence, but just know this: Pursue peace with all people, and holiness, without which no one will see the Lord (Hebrews 12:14). Holiness is the access key to His presence.

-------

Llave #6 -La Llave de la Santidad

Salmos 84:11: Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.

La santidad a menudo se confunde con la perfección, pero esto no es cierto. La santidad no es perfeccionismo; es una alineación con la naturaleza de Dios, el cual es Santo (1 Pedro 1:16). Vivir una vida santa es simplemente vivir una vida separada de este mundo. No significa que vivas en una burbuja y no hables con aquellos que viven en pecado por miedo a que te contaminen. Significa vivir una vida con un llamado y un propósito más elevados. Caminar en santidad es caminar con rectitud. Esto significa vivir la vida con integridad. Es más fácil decirlo que hacerlo, porque convivimos con el pecado. No, no me refiero a tu cónyuge o a tu familia, sino a nuestra naturaleza pecaminosa que vive con nosotros. Debemos comprender que el hecho de haber sido bautizados no significa que ahora seamos inmunes al pecado (1 Pedro 3:21). Todavía hay una batalla que se libra a diario en nuestros corazones, por eso Jesús nos da los requisitos para ser discípulos: “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Lucas 9:23). Esta es una decisión; y debe hacerse a diario. Vivir una vida santa es vivir en la búsqueda constante de agradar a Dios. Por lo tanto, renunciamos a todo lo que pueda poner en peligro nuestra relación con Dios. Quiero dejar claro que no vivimos una vida santa para ser salvos, sino que vivimos una vida santa porque somos salvos.

El pecado insensibiliza nuestra sensibilidad espiritual y cierra las puertas de la comunión con Dios. Pregúntele a Adán y Eva, que disfrutaban de todo lo que Dios les ofrecía, hasta que aparecieron la desobediencia y el pecado, y esa puerta se cerró. Sin embargo, descubrimos que la santidad afila nuestro discernimiento y atrae el favor divino desde los cielos. Nos devuelve a la alineación con Dios.

Cuando José huyó de la tentación, parecía que se había cerrado una puerta, pero Dios abrió una más grande a través de su obediencia. La santidad te prepara para oportunidades sin corrupción. Sin condiciones. Te permite vivir tu vida sin tener que mirar por encima del hombro todo el tiempo y te proporciona un descanso muy cómodo por la noche. También nos ayuda a mantener una buena conciencia hacia Dios, que algunos rechazaron y naufragaron en la fe (1 Timoteo 1:19).

Permítanme terminar este devocional diciendo que Dios no retiene nada bueno porque la santidad demuestra que puedes administrar lo que Él te da. Él abre las puertas divinas del favor y la bendición cuando caminas con integridad porque la santidad te alinea con Su naturaleza divina. Dios honra los corazones puros, aquellos cuyos motivos son sinceros. Cuando tu carácter permanece fiel a Dios incluso cuando nadie te observa, el cielo toma nota. Utiliza la santidad como una llave para abrir oportunidades con las que otros sueñan.

La promesa del salmista en nuestro texto clave, “Dios es sol y escudo, que da gracia y gloria”, es para aquellos que caminan en santidad y no siguen al mundo; es para aquellos que están en el mundo, pero no son del mundo. No tengo tiempo para hablar de cómo la santidad abre la puerta a Su presencia, pero solo ten en cuenta esto: Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. (Hebreos 12:14). La santidad es la llave de acceso a Su presencia.